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MÚSICA PARA ORGANO EN EL PAIS VASCO

Recorrido por la historía de la música vasca para órgano

Selección de música realizada por Esteban Elizondo y publicadas en Cien Años de música para órgano en el País Vasco y Navarra

Introducción 

En la zona geográfica que comprende las Comunidades Autónomas del País Vasco y Navarra (España), existe una de las colecciones de órganos románticos más importante del mundo.

En este territorio (especialmente en la provincia de Guipúzcoa), organeros franceses como Aristide Cavaillé-Coll, Stoltz Frères (Paris), Mutin, Didier, MerklinGutschenritter y Puget entre otros, instalan numerosos instrumentos de diverso tamaño y características a partir de 1856. También el organero alemán  Walcker construye varios instrumentos en esta zona a partir de 1885. A ellos hay que sumar las importantes aportaciones de Aquilino Amezua, Roqués, Lope Alberdi, Melcher, Eleizgaray, Amezua y Cia. y Dourte, organeros españoles (en su mayor parte de origen vasconavarro), que continúan con la labor de construir órganos de influencia romántica, a partir a su vez del año 1882.

Este proceso finaliza con la creación del órgano neoclásico por parte de OESA (Organería Española Sociedad Anónima) que instala sus talleres en Azpeitia (Guipúzcoa) el año 1941. 

Esta extraordinaria riqueza de instrumentos románticos es el caldo de cultivo y el medio expresivo a través del cual desarrollan su creatividad varias generaciones de compositores encabezados por el navarro Felipe Gorriti, quien lidera la transición del barroco al romanticismo dando a conocer sus primeras obras  de este último  estilo alrededor del año 1880.

El final del barroco

Aunque los primeros órganos románticos inaugurados en España fueron el Cavaillé-Coll de Lekeitio (Bizkaia, 1856) y el Merklin-Schütze de Murcia (1857), se continúan construyendo órganos de características barrocas  hasta fechas muy cercanas al siglo XX, por ello hemos creído de interés iniciar esta edición con varias obras que estimamos son representativas del  tipo de música que escribían  los compositores vasconavarros para un órgano que todavía era predominantemente barroco pero que iba perdiendo progresivamente varias de sus características propias tales como la octava corta, los registros partidos  y los juegos más agudos, incorporando al mismo tiempo en sus últimas fases el teclado de pedal completo “a la alemana”.

Entre estas obras incluimos un ejemplo de las fugas o intentos escritos por Joaquín de Oxinaga destinadas a su interpretación en el  órgano barroco español, instrumento que habitualmente disponía de un solo teclado manual,  además de la ya citada octava corta, registros partidos y trompetería de batalla. Estos órganos disponían en ocasiones de pisas para el pedal cuya extensión solía corresponder a las notas de la primera octava. La escritura de estas composiciones no contempla la utilización de registros partidos.

También incluimos una obra que corresponde a las composiciones contenidas en Música de Tecla en el País Vasco. Siglo XVIII,  transcritas por el R.P. Donostia (Fray José Antonio de San Sebastián) en 1953. Esta música se caracteriza por ser de estilo galante con un lenguaje común al órgano y clavecín.

Por otro lado, hemos elegido la Sonata nº 6 en re mayor de Nicolás Ledesma, de entre sus numerosas composiciones escritas para “órgano o piano”. Estas obras estaban destinadas a ser interpretadas en un órgano de finales del barroco que empezaba ya a perder varias de sus características habituales tal y como lo hemos citado anteriormente.

Por último no podíamos dejar sin incluir a Hilarión Eslava y a su discípulo Felipe Gorriti. El primero, a pesar de escribir música destinada al órgano barroco, fue el gran impulsor de la instalación del órgano romántico en España y de propugnar la superación de la crisis existente en la música religiosa en España, alentando a los compositores a escribir un tipo de música adecuada a la liturgia.

  1. 1. Ofertorio N5 sobre el pange Lingua
  2. 2. Redde mihi
  3. 3. Bone Pastor
  4. 4. Plegaria - Ofertorio Nº2
  5. 5. Salve Regina
  6. 6. Oratio - Memorare
  7. 7. Ofertorio Nº 11 sobre el Sacris Solemnis
  8. 8. Villancico al Santísimo
  9. 9. Stabat mater
  10. 10. Elevación y Plegaria Nº 4
  11. 11. Tu es Petrus
  12. 12. Letanía Lauretana

Felipe Gorriti

fue a su vez el gran protagonista de la evolución de la música barroca a la romántica en el órgano, escribiendo primeramente obras de características barrocas cuando era organista de Tafalla, pasando posteriormente a evolucionar hacia el estilo romántico, al asumir el cargo de organista y maestro de capilla de la iglesia Santa Maria de Tolosa.

Este compositor llegó a conquistar en siete ocasiones diferentes, importantes premios en los concursos convocados por la Sociedad de Organistas y Maestros de Capilla de Paris, hacia 1880.

Escuelas e influencias musicales

Al analizar el  numeroso conjunto de  composiciones comprendidas en esta antología,  es fácil apreciar una gran diversidad de estilos y lenguajes musicales, no obstante, también es reseñable la existencia de diversos elementos comunes  que proporcionan a la misma un importante grado de coherencia estética e histórica a través del tiempo.  Esta circunstancia nos plantea la posibilidad de considerar si estamos ante una escuela de composición organística  de influencia romántica autóctona,  o bien es el resultado de un conjunto  de composiciones creadas a partir de diferentes escuelas.

Del estudio detallado de las citadas composiciones y de sus autores, creemos que son reseñables  las siguientes características que definen a la mayor parte de las obras y autores que aparecen en esta publicación de compositores vasconavarros:

Se puede afirmar que prácticamente la totalidad de las presentes composiciones escritas a partir de 1880,  tienen como común denominador las características estéticas propias del órgano romántico o de influencia romántica construido en España entre 1856 y 1940.

La influencia del Motu Proprio de Pio X promulgado en 1903 es evidente en las numerosas composiciones que aparecen escritas a partir de temas gregorianos. Esta peculiaridad  permanece a lo largo de los años, llegándose a encontrar obras escritas con estas características en fechas muy tardías, en  torno a 1980. El empleo de la canción popular vasca tanto religiosa como profana también se utiliza como sujeto temático, pero en menor medida.  

Una parte reseñable de los compositores presentes en esta edición (la mitad aproximadamente), eran sacerdotes o religiosos.

Características de los organistas y de su música

En la mayoría de los compositores laicos predomina su actividad como organista y en ocasiones como maestro de capilla. Su labor compositiva tiene como destino fundamental la liturgia, aunque escriben también habitualmente música de género profano para coro, orquesta, música de cámara,  piano, txistu, etc. En muchos casos comparten esta actividad con la enseñanza en  Escuelas de Música, Conservatorios o de forma privada. Es menor el caso de concertistas de prestigio (y al mismo tiempo compositores), que después de terminar su formación en otros países, llegan a convertirse habitualmente en profesores de órgano de centros oficiales de música. No obstante, los organistas  de carácter litúrgico también participan con regularidad en inauguraciones de órganos y en acontecimientos de tipo artístico o conmemorativo.

A la mayoría de estas composiciones se las podría definir como “de contenido espiritual o religioso” por el tratamiento dado a la escritura y a la armonía (también en este aspecto se aprecia la influencia del Motu Proprio de Pio X). Predomina la profundidad por encima de lo aparente o efectista. Se le da más importancia al contenido que a los efectos sonoros o virtuosísticos. Se trata casi siempre de música destinada a su interpretación en la iglesia (aunque no exclusivamente en la liturgia), por ello abundan las composiciones de pequeño formato. En las mismas se cuida la forma, el contenido, la elegancia de la armonía y melodía, se subraya el canto del órgano en sus sonoridades románticas de carácter orquestal,  sonoridades redondas, sugerentes y bellas en las que tiene un gran protagonismo el empleo de la caja expresiva.

En ocasiones, las obras carecen de pentagrama para el pedal doblándose en ciertos momentos las  notas más graves de la mano izquierda. Se responde así a las peticiones de los organistas que no disponían de órgano o no dominaban la técnica del pedalero. En este camino quedan de lado las escuelas compositivas contemporáneas, aunque ello no signifique pérdida de la personalidad musical de cada autor ni de la evolución estilística de este tipo de música.

  1. 01 - Gorriti - Gran Ofertorio
  2. 02 Gorriti - 3er verso
  3. 03 - Gorriti - Elevación y plegaria
  4. 04 - J.A. de Arriola - verso
  5. 05 - V. de Zubiaurre - Entrada
  6. 06 - Baron de la Tombelle - Verset
  7. 07 - Usandizaga - Elevación
  8. 08 - Usandizaga - Intermedio
  9. 09 - Usandizaga - Ofertorio en si M
  10. 10 - J.M. Usandizaga - Tocatta
  11. 11 - B. de Gabiola - Invocación
  12. 12 - E. Mokoroa - Ofertorio
  13. 13 - J.M. González Bastida - Largo

Aunque  algunos de los compositores presentes en esta colección llegar a estudiar en Paris, Bruselas o Alemania, se puede afirmar que la formación básica de casi todos ellos procede de la enseñanza recibida primeramente en  los lugares cercanos a su residencia, bien a través de clases privadas, bien en Academias Municipales de Música como Tolosa o San Sebastián entre otras. En este sentido es importante aludir a la existencia de ciertas escuelas de composición que perduran a lo largo de los años, como la iniciada en estilo romántico por Felipe Gorriti, antiguo alumno de Hilarión Eslava y profesor de Eduardo Mocoroa, quien a su vez imparte su magisterio a su hijo Ignacio Mocoroa.

Algo parecido sucede con Luis Urteaga, fecundo profesor de tantos discípulos, que a su vez había sido el alumno preferido de Martín Rodríguez, e igualmente sucede lo mismo con José María Beobide, discípulo de Antonio Trueba y profesor a su vez del Padre Francisco de Madina y de Antonio José. En una segunda fase, es  habitualmente en el Conservatorio de Madrid  donde amplían sus conocimientos musicales la mayoría de ellos.

Influencias musicales

Varios de los autores presentes hacen alusión a una formación autodidacta. En otros casos se cita a compositores como César Franck, Tournemire, Mendelssohn, Wagner, Reger y Bruckner como fuentes de referencia y práctica musicales. En cualquier caso se trata de músicos de formación sólida, con un gran dominio de la armonía que desarrolla a menudo giros característicos propios  y diferenciados de los utilizados en otros países, además de un lenguaje musical perfectamente adaptado al órgano de tipo romántico.

Dependiendo de cada compositor y dentro de las características generales a las que hemos hecho referencia anteriormente,  en las obras presentes  se pueden apreciar influencias musicales propias del romanticismo, de la escuela wagneriana, del  impresionismo y en algún caso incluso de la politonalidad. Existen también diversos ejemplos de lenguajes muy personales  característicos de algunos autores.

Varias de las obras presentes en esta edición fueron premiadas en diferentes concursos celebrados en París, San Sebastián, Valencia, Sevilla o Avila. Son numerosas las composiciones que han permanecido inéditas. Una parte importante de este repertorio fue editado en países como Alemania, Francia o Estados Unidos. 

  1. Tríptico sobre un tema gregoriano – Tomás Garbizu Introito
  2. Prefacio
  3. Tocata con diapente
  4. Priére, Op. 20 – César Franck
  5. Messe pour orgue sur l´antienne de Pâques Regina Coeli Gorka Cuesta – Prelude
  6. Offertoire
  7. Elévation
  8. Communion
  9. Postlude
  10. Magnificat, Tritychon über die weise des tones Heino Schubert – Präambel I-I
  11. Präambel II-II
  12. Präambel III-III – Postambel

Conclusiones

El importante número de compositores para órgano procedentes de la misma zona geográfica y el estudio de su rica y variada creación musical, nos lleva a la conclusión de que existen elementos suficientes para considerar como válida la hipòtesis de que en la zona vasconavarra se ha desarrollado una escuela autóctona de composición organística de influencia romántica a partir de 1880 aproximadamente. Su análisis nos revela que en la misma aparecen  características propias y diferenciadas de las escuelas de otros países, con un importante grado de homogeneidad. Esta escuela autóctona  comparte no obstante muchas de sus características básicas, con la realizada por otros compositores de diversas zonas del estado español, a lo largo del mismo periodo histórico.

Esteban Elizondo

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